Los etnólogos sitúan el nacimiento de la máscara en el momento en que se produce la autoconciencia –conciencia de uno mismo-. Su uso se remonta a la más lejana antigüedad encontrándose entre los egipcios, griegos y romanos. Para los griegos era el complemento básico del atavío de los actores. De hecho, proviene de los primitivos maquillajes con los que se iluminaban el rostro los fieles en las fiestas y ritos dionisíacos.
Las máscaras se han utilizado desde la antigüedad con propósitos ceremoniales y prácticos.